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Es verano y las actividades al aire libre van en aumento. Ya sea un largo paseo por la playa, una caminata o un verano más aventurero en el Camino de Santiago, tus pies toman protagonismo. Debe serlo, pero definitivamente una caminata larga o una marcha extenuante empuja nuestros pies más allá de lo que estamos acostumbrados. a. Después del ejercicio.
Manténgalos secos
Comience con los calcetines correctos. Por favor, manténgalos limpios. Hay polainas que se usan sobre la bota para proteger la bota de la humedad y la suciedad del ambiente.
Si tienes los pies sudorosos, quítate los zapatos y los calcetines durante los descansos, enfríalos con agua si es posible y levántalos. Considere llevar un par de calcetines de repuesto antes de salir y cambiarlos durante los descansos, casi olvidados, como los pies. Sin embargo, esta ropa puede producir ampollas y rozaduras.
LOS CHUBASQUEROS MÁS VENDIDOS
Es importante utilizar calcetines técnicos, diseñados para la actividad que vayamos a realizar y que sean adecuados a nuestra talla. Estos este tipo de calcetines se distinguen por la ausencia de costuras en los áreas, absorción de humedad, promoción de la transpiración y protección de las partes más sensibles del pie. Si es invierno y hace frío, debes elegir calcetines que sean transpirables pero no fríos. Para el verano, elige calcetines que mantengan tus pies frescos y permitan que el sudor se evapore.
Remoja en agua tibia
Llena una tina o recipiente grande con agua tibia. Se puede usar no solo en los pies sino también en los tobillos. Agregue un puñado de sal de Epsom al agua y revuelva para disolver. Para una mayor relajación, agregue unas gotas de aceites esenciales florales como lavanda o menta.
Déjate los pies unos 20 minutos o hasta que el agua se enfríe. Agregue más agua caliente si la temperatura baja demasiado antes de este tiempo. Sácalo y sécalo bien con una toalla.